domingo, 2 de enero de 2011

El cuento de mi amiga Patricia, una delicia!

En tren de compartir recuerdos: La heladería de la galería Tonsa se llamaba "Helacandy", y tenían "las mejores máquinas que se fabrican en Estados Unidos" , país que solo existía entonces en una nebulosa que a partir de los años 60 nos sólo acercaba "Las Aventuras de Steve y Martin", los domingos a mediodía, después de la misa, obvio.

La canción me hizo acordar a una lavandera que había en la casa de mi abuela. Se llamaba Rosa y solo tenía una mano, la otra se la habían comido las gallinas cuando era bebé, y sólo le quedaba un muñón informe. (truculento no?).

La cuestión es que la Rosa pasaba los días lavando con su mano y media en el patio del fondo. Siempre estaba contenta y tarareaba esa canción, aunque era evidente que no tenía salud ni platita y, si tenía amores, nunca se me había ocurrido siquiera pensarlo.

Un día yo había estado escuchando a escondidas una charla de mi mamá con unas de sus incontables primas, (personajes que formaban parte de la decoración de la casa por derecho propio). Entre ellas suspiraban y se lamentaban de tener que "cumplir" con sus maridos, deber impuesto por la Santa Iglesia y sumamente desagradable, por cierto. En eso coincidian con unanimidad.

Yo no entendí nada! Intuía, por lo que decían, que tenía algo que ver con el nacimiento de los bebes, pero tampoco el tema de los bebes, del que ninguna era precisamente fanática, me aclaraba el tema.

Intrigada por esta situación, decidí acudir a la sabiduría de la Rosa. No me acuerdo como conseguí explicarle el tema, yo ni siquiera conocía palabras para hacerlo, pero la Rosa se dió cuenta enseguida, le brillaron los ojos con picardía, tomó aire, soltó una carcajada inmensa, que sonó sacrílega en el silencio de la siesta . Su cuerpo se estremecía tratando de contener la risa, pero no podía y yo me reía con ella, sin saber por qué. Después de un rato, logró serenarse, se acomodó el delantal y me dijo:
- Mire, m'hijita, yo nunca he sido rica y no sé como será pa¨los ricos, pero a los pobres : nos encanta!
Espero que te haya gustado mi historia.
Un beso enorme y
FELIZ 2011!
Patricia

2 comentarios:

  1. Soy Octavio el desencadenanate de la agradable serie de recuerdos. Y no soy para nada inocente. Hago mis envíos con toda intención, pero no siempre con tan ráppido y excelente resultado. Bravo. Prometo seguir estimulando el cuenterío y creo que hasta voy a participar conb mis propias narraciones- Muchas gracias por el pronto retorno!

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  2. Me gustó el cuentito, sobre todo porque ...me lo creo!

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